Familias que buscan.
PISTAS PARA LA EDUCACION DE LOS HIJOS DESDE LA EXPERIENCIA DE LAS ABUELAS
El número de libros dirigido a los padres, acerca de la educación, llenarían muchas baldas de una biblioteca. Solo con leer, no llegaremos a alcanzar las destrezas necesarias para que los padres puedan ayudar a los hijos a alcanzar un desarrollo intelectual y emocional pleno, pero puede ser un punto de arranque.
De las innumerables acepciones del significado de lo que es la educación exponemos las reflexiones de Albert Einstein . “No es suficiente enseñar a los hombres una especialidad. Para ser un individuo válido, el hombre debe sentir intensamente aquello a lo que puede aspirar, tiene que recibir un sentimiento vivo de lo bello y lo moralmente bueno. En caso contrario se parece más a un perro bien amaestrado que a un ente armónicamente desarrollado”.
Son muchos los teóricos de la educación que reconocen sus torpezas y limitaciones en el momento de la práctica educativa. Dentro de la práctica educativa; el ser padres es una tarea inigualable con las demás, que nos atañe a toda nuestra existencia, son lazos que nos vinculan a lo más íntimo de nuestro ser y nunca podremos olvidar aquel ser indefenso y vulnerable que llegó a nuestro hogar infundiéndonos, alegría, ternura, responsabilidad, coraje y esperanza.
¡Cuánta gente tenemos soluciones para las casas ajenas! Juzgamos comportamientos y encontramos soluciones en tareas que no nos incumben. Si fuera tan sencilla la tarea educativa, tendríamos solucionado solo con cambiar a los padres de casa.
Siempre que elegimos un camino, estamos descartando otros, que ya serán hipotéticos los resultados; lo que si es cierto, es que si queremos obtener diferentes resultados, tendremos que optar por caminos distintos.
Abuelas y abuelos, por nuestra experiencia, por nuestros errores y aciertos, podemos dar algunas pistas para desarrollar la tarea de la educación de los hijos.
Primera pista: No hay ni hijos, ni padres, perfectos. Reconocer nuestros errores estimula y enseña a que reconozcan los suyos los hijos.
Segunda pista: No se puede predicar sin el ejemplo. Órdenes del tipo: ¡No chilles! (chillando). ¡Hay que trabajar duro en el cole! (disfrutando de una baja innecesaria) etc.
Tercera pista: Las familias tienen que ser alegres. Alegría que no vaya vinculada a la obtención de bienes materiales. Si sus padres vinculan su mayor felicidad a la adquisición de un coche, de una casa, de unas vacaciones caras, no podremos inculcar la independencia de la felicidad de los bienes materiales
Cuarta pista: No olvidar que estamos preparando personas autónomas. Del mismo modo que los bebés en el seno de su madre empiezan a entrenar su cuerpo hasta alcanzar el momento de nacer e independizarse de su madre, así los jóvenes se prepararán poco a poco para su independencia en el pensar, sentir y actuar de una manera que enriquezcan a la comunidad. Como dice Paulo Coelho “el barco dónde más seguro está es en el puerto, pero no se ha construido para ello”
Quinta pista: Si consideramos que es una fuente enriquecedora en nuestra vida la práctica religiosa, enseñémosles.
Dedicación, abnegación, constancia, paciencia, ilusión, mucho cariño, esperanza, y todo nuestro amor, es necesario para la educación de los hijos.
Isabel Echevarria Ugarte
Catequista de LOIU