CONVOCADOS POR DIOS A TRAVÉS DE LA COMUNIDAD PARROQUIAL

Mariángeles Echevarría. Parroquia Santa Ana. Las Arenas (Bizkaia)

Parte 2

¿Qué ha supuesto esta experiencia para mí?

• Yo diría que me ha permitido “re-apropiarme” del evangelio, lo he interiorizado y hecho parte de mí, lo he re-significado. Supongo que muchos de vosotros tenéis la experiencia de haber leído por segunda o tercera vez ese libro que os marcó y que ha sido importante en vuestras vidas. Y de darnos cuenta de que, en cada lectura, el mensaje cobra nuevos significados porque nosotros como lectores hemos cambiado, hemos vivido nuevas experiencias y asignamos nuevos sentidos a las viejas palabras. Pues eso mismo me sucedió y nos sucedió a mis compañeros de grupo. Descubrimos que el evangelio habla también para los hombres y las mujeres de hoy, que tiene respuestas para las preguntas, los problemas y las necesidades más profundas de las personas.
• Me ha proporcionado un grupo de hermanos-amigas para vivir un proceso de conversión individual y grupal. Algunos ya nos conocíamos, otros no. Nadie está por encima de nadie ni sabe más que nadie. Porque saber no es lo importante. En el grupo convivimos gentes de distintas edades y profesiones, personas convencidas y personas en búsqueda y todos teníamos en común el querer recuperar o avivar nuestra identidad de seguidores de Jesús.
• Ha supuesto poder disponer de un espacio (en nuestro caso 2 horas cada 3 semanas) para dejar fuera las urgencia, el ruido y las preocupaciones del día a día y poder pensar y hablar de cuestiones que no son urgentes pero que son muy importantes. Cuestiones que nos enfrentan con el sentido de nuestras vidas y con cómo queremos vivirlas.
• Me ha ayudado a comprometerme. A lo largo del recorrido en estos grupos he descubierto que no es posible seguir a Jesús sin comprometerse con hacer un mundo más justo, más digno y mejor para todos, empezando por los más pobres. Y esta búsqueda de un mundo más humano ha comenzado a  marcar (queda mucho por hacer) mi estilo de vivir en la sociedad y en la Iglesia. En relación a esta última tratamos de  impulsar su transformación desde su interior. Aspiramos  a ser fermento para una Iglesia más fiel a Cristo, más fraterna, más acogedora, más compasiva, con un corazón grande, en la que todos trabajemos por el reino, sabiendo que Dios ha hecho salir el sol para buenos y malos.
• En definitiva, he crecido y madurado (al menos un poquito) en mi fe. “Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño, mas cuando ya fui hombre hecho, dejé lo que era de niño”. Corintios 13:11-13. Creo sinceramente que esforzarse en conseguir una fe adulta es una tarea pendiente que tenemos muchos cristianos. Aceptamos como algo natural la necesidad de la formación permanente, de seguir aprendiendo a lo largo de toda nuestra vida, para ser buenos profesionales y poder encontrar respuestas a los cambios continuos y acelerados que suceden a nuestro alrededor. Nos falta reconocer que esto es también aplicable a nuestra dimensión religiosa.

Solo añadir, para terminar, que hay una preocupación entre nosotros de ir creando y experimentando  hábitos de oración, de cuidado de la espiritualidad. Este es el reto que queremos trabajar en el futuro próximo.

Os deseo de corazón que también tengáis una oportunidad como la que Dios me proporcionó a mí.

Quiero saber más de los Grupos de Jesús  que estan naciendo en la Vicaria VI: anunciovicariasexta@gmail.com