ADVIENTO, algo más que una palabra en desuso.
ADVIENTO.Palabra en desuso en nuestro hablar cotidiano. Significa llegada, venida y ¿A quién esperamos? Esta debiera ser la primera noticia que focalizar estas fiestas para un cristiano
Y … ¿POR QUÉ ES IMPORTANTE?
Celebramos la llegada de Jesús que nos enseñó un camino para alcanzar la felicidad
Las ciudades se engalanan, los arboles de Navidad inundan los rincones de los comercios y de nuestras viviendas, estrellas, paquetes de regalos y muchos anuncios invitando al consumo desde todos los lugares.
Cada vez más neblinoso el Nacimiento de Jesús. Se difumina su importancia con los diferentes personajes que traen regalos a niños y adultos. Olentzero, Papá Noel, Santa Claus con su trineo tirado por renos, y al final de las vacaciones escolares, los Reyes Magos
El numero de comidas especiales se multiplica y nuestro estrés habitual, lo cambiamos por el estrés navideño.
Jesús vino a enseñarnos un camino hacia la FELICIDAD y un camino donde EL AMOR triunfe. Pero ambos términos también los desfiguramos. Alcanzar cualquiera de las dos metas son difíciles e interrelacionadas. Prácticamente no existe ninguna otra actividad o empresa que se inicie con tan tremendas esperanzas y expectación, y que no obstante fracase tan a menudo como el amor. Erich Fromm. El arte de amar.(Ed. Paidos Ibérica).
En nuestra cultura todo parece que tiene más importancia que el amor. Dedicamos nuestra energía a descubrir la forma de alcanzar el éxito, el prestigio, el dinero y el poder.
Esta época del año que preside la Natividad deberíamos recordar que amar es dar. Dar lo que está vivo en nosotros, nuestra alegría, nuestro interés, nuestra escucha, nuestra comprensión, nuestro humor, nuestra tristeza, nuestros problemas. No dar con el fin de recibir, sino con el fin de compartir. Alegrándonos de estar juntos y vivos, compartiendo nuestra vida, historia,canciones,juegos y alimentos; con paciencia y humildad.
Olvidándonos de lo que nos separa, como murmuraciones, ofensas, altanerías, envidias…
El amor es especialmente evidente en una madre con un recién nacido y ello debe presidir nuestra Navidad
Isabel Echevarria Ugarte
Catequista Loiu