COORDINACIÓN Y COMUNIÓN

 

TERCER OBJETIVO ESPECÍFICO del I PDE 1990-1995

POTENCIAR LA EXPERIENCIA COMUNITARIA Y LA CORRESPONSABILIDAD ECLESIAL EN LAS ASOCIACIONES, PARROQUIAS Y SECTORES DE NUESTRA IGLESIA LOCAL (ODG, 5 y 6).

Justificación del objetivo

  1. Si la formación es condición necesaria para el compromiso transformador, la ex- periencia eclesial comunitaria y corresponsable es su fundamento. «Separar evan- gelio y eucaristía es dividir a Cristo, palabra hecha carne; separar comunión y mi- sión es destruir a la Iglesia, sacramento universal de salvación» (R. Torrella). Comunión y evangelización se potencian mutuamente. Cuando la Iglesia descui- da la evangelización se convierte en «ghetto»; cuando descuida la comunión se convierte en una pura instancia social. Una Iglesia que, como la nuestra, pretende evangelizar con mayor verdad e intensidad debe, por ella misma, fortalecer su comunión interna (es decir, su experiencia comunitaria) y estimular una expre- sión privilegiada de esta comunión: la corresponsabilidad.
  2. El deseo de una comunión mayor y el progreso en la corresponsabilidad son dos signos bien visibles en la vida diocesana de los últimos años. Un PDE responsable debe recoger y secundar estos impulsos del Espíritu.
  3. La Iglesia ha sido convocada para ser enviada. Es, por tanto, necesario, que nues- tra búsqueda de comunión (en forma de comunidad y corresponsabilidad) esté orientada no a la creación de comunidades enfrascadas en sí mismas sino volcadas en la misión.

 

Explicación del objetivo

 

  1. La experiencia comunitaria se distingue del sentimiento de colectividad por estos tres rasgos: es cálida, es gratuita y es estable. En cambio los lazos de la colectivi- dad son fríos, funcionales y pasajeros.

Este sentimiento de colectividad, tan intenso y extenso en la sociedad, tiende a penetrar también las comunidades eclesiales. Pasar de la colectividad a la comu- nidad es, para la Iglesia diocesana, un verdadero «éxodo», demandado por la Asamblea y conducido por el Espíritu Santo.

  1. La experiencia comunitaria postula la cohesión interna de cada grupo cristiano; la coordinación cordial de los grupos cristianos entre sí y con los cristianos no agru- pados en la misma parroquia; el sentimiento de pertenencia a la comunidad dio- cesana y a la Iglesia universal presidida por el
  2. La corresponsabilidad consiste en la participación de todos los miembros del Pueblo de Dios, cada uno desde su puesto, en la preparación, decisión, realización y evaluación de las actividades eclesiales. Se fundamenta en el carácter profético, real y sacerdotal que es patrimonio común de todos los

ACCIONES OBLIGATORIAS:

  1. Crear consejos pastorales parroquiales, sectoriales y vicariales como órganos de comunión y corresponsabilidad al servicio de la evangelización. Mejorar y revisar periódicamente su funcionamiento allí donde existan. Cuidar de que participen en ellos creyentes implicados en tareas de construcción de la sociedad (ODG, 7; X, 5).

 

  1. Estimular en las parroquias y sectores la creación y consolidación de grupos de creyentes y pequeñas comunidades en el seno de los cuales se comparta la fe, se practique la comunicación cristiana de bienes y se aliente el com- promiso cristiano individual y asociado en el mundo (ODG, 6 y 7; X, 1 y 5).

 

  1. Elevar el nivel de autofinanciación diocesana en OCHO puntos a lo largo del quinquenio. Promover en las parroquias y sectores iniciativas que esti- mulen la austeridad y el desprendimiento requeridos para alcanzar la meta diocesana propuesta (X, 4).

ACCIONES RECOMENDADAS:

  1. Puesto que la comunicación es signo y vehículo de comunión, parroquias, sectores, vicarías, organismos autónomos y Obispado informarán, asesora- dos por la Delegación episcopal de Medios de Comunicación Social al con- junto de la Diócesis y a la sociedad acerca de sus principales actividades y acontecimientos, a través de los distintos canales de comunicación propios y ajenos.

 

  1. Celebrar asambleas parroquiales que prolonguen la Asamblea Diocesana, impliquen activamente a personas y grupos creyentes, generen conciencia de familia parroquial y testifiquen en el entorno la verdadera identidad de la comunidad eclesial (ODG, 7; X, 5).