QUÉ DIFÍCIL NOS LO ESTÁ PONIENDO

¡¡¡QUÉ DIFÍCIL NOS LO ESTÁ PONIENDO!!!

Un testimonio de la pastoral en nuestros hospitales.

Sí, este virus nos lo está poniendo difícil. Difícil para casi todo, pero más difícil para hacer aquello para lo que nos hemos ido formando y que tanto tiempo llevamos haciendo, primero unos y luego otras.

A lo largo del tiempo hemos tenido dificultades diversas: muchas personas enfermas y sus familias desconocen el servicio, los propios profesionales en ocasiones tampoco están informados de nuestra existencia, la dificultad propia de la tarea (acompañar al borde de una cama en el hospital no suele ser tarea fácil). Los propios centros hospitalarios, su estructura, su distribución, su funcionamiento no facilita la más mínima intimidad. Sin embargo, todo esto parece una broma comparado con la posibilidad siquiera(en los momentos más graves de la pandemia) de acercarnos a la persona enferma. Cuando más se requiere presencia y contacto, mayor es la dificultad, incluso hay prohibición para poder hacernos cercanos, para poder tocar, coger una mano… Ni siquiera podemos mostrar nuestra sonrisa (¡¡¡maldita mascarilla!!!).

Pero no nos damos por vencidos. Aquí seguimos, superando estas y otras dificultades. Porque es nuestra vocación. Porque sabemos que es importante. Lo más importante cuando las visitas escasean, cuando a uno le faltan las fuerzas, cuando la soledad se siente en el alma. Esa es nuestra tarea, estar cerca, dar aliento, escuchar el dolor ajeno, acompañarlo, hacerlo nuestro. Ser presencia de Dios en el hospital.

Cármen López

Resposable SARE Hospitales Urdúliz y Górliz (Bizkaia)

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